“El caballo no es
un camión ni un material descartable”
Pionera en la veterinaria
holística, su trabajo con caballos incorpora a las curas tradicionales,
disciplinas naturales como la homeopatía y técnicas de masajes y Reiki. Autora
del libro Relinchos
y Susurros, Anahí Zlotnik afirma que es la
comunicación y el vínculo lo que “sana y reconforta” al animal, como al propio ser
humano.
Texto y fotos: Pablo Donadio
La
yegua marrón, coqueta e irreverente, sacude altiva sus crines y clava la mirada
en la cámara, dejando en claro que nadie ha dado permiso para tomar esa foto.
De repente, una mano se posa en su lomo, y roza las costillas: en instantes se
relaja, e inmóvil, se entrega a LOS
MASAJES de Anahí Zlotnik, una Médica Veterinaria Holística, que hace de la
sensibilidad su canal de conexión con los animales.
¿De qué trata el metié de lo
holístico?
Es una
filosofía que recién está empezando a expandirse en el país para las personas,
y apenas se ha abierto la puerta para practicarlo con animales. No es otra cosa
que un manejo integral y natural, en ese caso veterinario y apuntado a los
caballos, aunque he trabajado con otros animales. Esto implica estar entrenada
como veterinaria en homeopatía para la parte clínica, y aplicar la terapia del
comportamiento para lo etológico,
que no es otra cosa que prestar atención a las necesidades sociales del animal,
entender sus rituales, sus formas de socialización.
Cómo el de cualquier ser…
Sí, y
es muy importante hacer hincapié en la parte del comportamiento, en eso que
naturalmente les viene dado y a veces dejan de practicar por estar encerrados.
Hablo de sus ritos y sus modos de contacto. El animal llega incluso a
enfermarse por abandonar ciertas prácticas. Yo trabajo mucho en la recuperación
de estos trastornos creados por la vida
artificial, aplicando masajes relajantes, de estiramientos y de drenaje
linfático. Asimismo incorporo técnicas corporales de osteopatía y Reiki, en
función de la situación de cada animal.
¿Se la puede mencionar como una
terapia alternativa?
A mí
me gusta llamarla complementaria o no
convencional, más que alternativa. Sobre todo porque no creo que los
antibióticos sean malos, pero no resuelven el problema. Aplacan el síntoma,
porque el problema viene por otro lado. Mi idea es la del trabajo en equipo, pero
que se trabaje naturalmente, porque a largo plazo es lo mejor para el futuro del animal. A veces me traen un
animal cuando ya han probado de todo, lo
han exigido tanto que llega a tener artritis a los 5 años, no
puede tolerar más medicación química, está triste, desganado, parece muerto en
vida, hablo por supuesto de algún caballo de carrera u otro deporte. Eso es
muy triste.
¿Por qué recomendarías enfocar
el tratamiento del animal desde esta propuesta?
Porque
sin dejar de lado la medicina aceptada, que es la medicina alopática (NDR: el
término Alopatía es utilizado desde la homeopatía para caracterizar a la
medicina convencional), y que es necesaria en determinados momentos, hay
respuestas que no se encuentran allí. La idea es resguardar la vida del animal
a largo plazo. Un ejemplo: en el país algunos siguen infiltrándolos, cuando en
el mundo entero, hasta en los propios equipos de polo, se está dejando de
hacer. La Federación Ecuestre Internacional (FEI) está prohibiendo estas
prácticas, y por ejemplo en Francia, un
jugador de polo, vio en Chantily, como usan los glóbulos homeopáticos.
¿Ni siquiera para competencia
de alto nivel?
Menos
aún. Muchos equipos olímpicos viajan desde hace tiempo con sus fisioterapeutas,
porque hay pruebas ecuestres como el Completo, que duran tres días y donde el
caballo tiene que hacer de todo: desde correr a campo traviesa al salto en
pista, y es ahí donde se comprueba qué tipo de cuidado ha tenido el animal. Así
como un deportista de alto rendimiento no puede ganar los 100 metros en una
semana, el caballo no pude rendir en plenitud sin constancia en el entrenamiento, el tratamiento y sin
determinación del dueño en respetar sus tiempos. Al fin de cuentas no deja de
ser un organismo viviente, y responde según su estado físico y anímico. El
caballo no es un camión ni una motoneta que puede dejarse tirado cuando no
cumple con la expectativa. Es patético ver gente que compra caballos por estatus.
No debe ser así, se trata de un compromiso con un ser viviente, no hay nada más
feo que ver un caballo triste.
La Argentina es un país muy
tradicional en algunos aspectos, ¿Qué sucede con la mirada académica?
Como
ocurre con muchas cosas de la vida, lo nuevo genera cierto rechazo. Yo lo sufrí
en carne propia: sobretodo siendo mujer,
aún en un mundo bastante machista,
suele generar rechazo hoy. Imaginate hace treinta años, cuando empecé. Pero
creo que estamos teniendo una mejor aceptación día a día los que nos dedicamos a esto, y todo gracias
a los resultados. La tendencia mundial es hacia el cambio, hacia el cuidado,
pero sigue habiendo maltrato, y a muchos caballos de carrera todavía se los
rompe: he visto caballos que tienen cinco años y no sirven más. Incluso campeones nacionales de nuestro país, con
llagas enormes producto de los espuelazos de sus jinetes. Eso no puede ser.
Menos en un país que tuvo grandes cuidadores de caballos de carrera en la época
de Ireneo Leguisamo. Cuidadores que
sabían que el animal tenía que correr cuando estaba para hacerlo. La modernidad
y su exigencia sin fin no respetan
algunas pautas éticas y humanas de respeto por el animal.
Bueno vs. Necesario
La
inmediatez, parte del discurso dominante de la época, suele regir las normas de
todo. Y eso es extensible también al mundo de los caballos: el caballo deber
rendir. Y sin perder tiempo, desde luego. “Por suerte, después de hacerlos
pelota y doparlos, muchos se están dando cuenta de que además de bien
alimentado y bien entrenado, si el caballo es bien tratado, les rinde más”, asegura la autora del libro Relinchos y Susurros, un acercamiento
integral a la vida con y del caballo.
Por lo que contás, no debe
haber una uniformidad en la atención, una rutina…
No,
surge de sus necesidades de cada animal. En la primera consulta lo reviso, como una forma de
presentación y reconocimiento. Además de anotar los síntomas, saco mucha información por medio del contacto. Atiendo mis pacientes con regularidad, todos los meses, algunos que al tener un
estado de competencia frecuente requieren sesiones al menos de una vez por mes,
y otros que ya pertenecen a un circuito de alto rendimiento como el del adiestramiento por ejemplo, y necesitan
una sesión de masajes antes y después de cada
competencia por lo menos.
¿Cómo surge la comunicación con
el caballo?
A mí
me gusta mucho una frase muy conocida que dice: “Si quieres que tu caballo
venga a ti, ve a hacia tu caballo”. Es simple, pero explica que uno no debe
esperar sino ir en busca del afecto del animal. Eso ocurre por ejemplo con los
caballos de la Dr. Graciela Bazzi (NDR: el campo de equinoterapia donde se
realizó la producción de fotos: www.establoterapeutico.org), que trabajan
con chicos con capacidades especiales. Estos animales jamás van a tirar un
chico, porque los consideran sus potrillitos. Eso no sucede de milagro, sino
que Graciela los ha ido incorporando a su mundo con amor y trabajo serio. Así
como en el Adiestramiento que es donde se
da una comunicación muy sutil con el animal, en estas prácticas
relacionadas a la medicina, los animales entran en un contacto muy intenso con las personas.
¿Las enseñanzas que das puede
aplicarlos cualquier persona que tenga un caballo?
Sí, por ejemplo: se aprenden ejercicios con
pelotas para que nuestras manos aprendan a percibir como está la musculatura
del caballo: cuándo hay rigidez, blandura o espasmos. Su columna es excelente
para aprender a usar las manos. Después tenemos un programa que incursiona en
la naturaleza del caballo, la terapia corporal, las técnicas y sus efectos. Y
cada asistente puede seguir estudiando durante el año en las distintas jornadas
o cursos que voy dando, según el interés en seguir aprendiendo, incluso a sanar
lo que parece imposible. Los
veterinarios profundizan en su profesión y los profesionales de otras ramas
como herradores, peones, amazonas, futuras domadoras o domadores, profundizan
según sus necesidades.
Como qué…
Hay
muchas historias bellas. Siempre recuerdo la historia de Alatón, que fue un caballo
que llegó a ganar El Nacional en la Argentina. En una carrera se fracturó, y
cuando lo fueron a sacrificar, el dueño dijo que no, pese a que iba a cobrar el
seguro por ello. La esposa de él se trataba con mis dos maestros, uno de ellos
homeópata. La cuestión es que hicieron de todo por ese animal, hasta lo colgaron
durante un tiempo para que no pise, hasta que sanó. Terminó siendo un padrillo
rengo, pero que murió de viejo. Esta
famoso caballo además era atendido por un
veterinario tradicional A mí me
gusta trabajar con esa gente, que le importe que su caballo esté contento, esté
sano, y desde ahí rinda. Y no hablo sólo de particulares, porque tengo clientes
cuyos caballos están en plena competencia. Por suerte hay gente que está
abriendo su cabeza hacia ese lado, y hasta la doma está dejando de emplear el
maltrato, la violencia con el
caballo. Eso nos indica que vamos por buen camino.
**Recuadro**
Perfil
Anahí
Zlotnik es Médica Veterinaria Holística (MP 4746) graduada en la Universidad de Buenos
Aires, y cuenta con una amplia experiencia en el país en lugares de prestigio
como el Hipódromo de Palermo y el Hipódromo de San Isidro, donde tiene algunos
de sus alumnos. Asimismo, fue la primera mujer argentina que trabajó en Europa
como peona y entrenadora, en 1977, donde Entrenó un caballo olímpico de la
reserva de Italia, para competencias en el norte de ese mismo país.