martes, 17 de septiembre de 2013

Entrevista para revista Intercountries

“El caballo no es un camión ni un material descartable”

Pionera en la veterinaria holística, su trabajo con caballos incorpora a las curas tradicionales, disciplinas naturales como la homeopatía y técnicas de masajes y Reiki. Autora del libro Relinchos y Susurros, Anahí Zlotnik afirma que es la comunicación y el vínculo lo que “sana y reconforta” al animal, como al propio ser humano.

Texto y fotos: Pablo Donadio

La yegua marrón, coqueta e irreverente, sacude altiva sus crines y clava la mirada en la cámara, dejando en claro que nadie ha dado permiso para tomar esa foto. De repente, una mano se posa en su lomo, y roza las costillas: en instantes se relaja, e inmóvil, se entrega a LOS MASAJES de Anahí Zlotnik, una Médica Veterinaria Holística, que hace de la sensibilidad su canal de conexión con los animales.

¿De qué trata el metié de lo holístico?
Es una filosofía que recién está empezando a expandirse en el país para las personas, y apenas se ha abierto la puerta para practicarlo con animales. No es otra cosa que un manejo integral y natural, en ese caso veterinario y apuntado a los caballos, aunque he trabajado con otros animales. Esto implica estar entrenada como veterinaria en homeopatía para la parte clínica, y aplicar la terapia del comportamiento para lo etológico, que no es otra cosa que prestar atención a las necesidades sociales del animal, entender sus rituales, sus formas de socialización.

Cómo el de cualquier ser…
Sí, y es muy importante hacer hincapié en la parte del comportamiento, en eso que naturalmente les viene dado y a veces dejan de practicar por estar encerrados. Hablo de sus ritos y sus modos de contacto. El animal llega incluso a enfermarse por abandonar ciertas prácticas. Yo trabajo mucho en la recuperación de estos trastornos creados por la vida artificial, aplicando masajes relajantes, de estiramientos y de drenaje linfático. Asimismo incorporo técnicas corporales de osteopatía y Reiki, en función de la situación de cada animal.

¿Se la puede mencionar como una terapia alternativa?
A mí me gusta llamarla complementaria o no convencional, más que alternativa. Sobre todo porque no creo que los antibióticos sean malos, pero no resuelven el problema. Aplacan el síntoma, porque el problema viene por otro lado. Mi idea es la del trabajo en equipo, pero que se trabaje naturalmente, porque a largo plazo es lo mejor para el futuro del animal. A veces me traen un animal cuando ya han probado de todo, lo han exigido tanto que llega a tener artritis a los 5 años,  no puede tolerar más medicación química, está triste, desganado, parece muerto en vida, hablo por supuesto de algún caballo de carrera u otro deporte. Eso es muy triste.
 
¿Por qué recomendarías enfocar el tratamiento del animal desde esta propuesta?
Porque sin dejar de lado la medicina aceptada, que es la medicina alopática (NDR: el término Alopatía es utilizado desde la homeopatía para caracterizar a la medicina convencional), y que es necesaria en determinados momentos, hay respuestas que no se encuentran allí. La idea es resguardar la vida del animal a largo plazo. Un ejemplo: en el país algunos siguen infiltrándolos, cuando en el mundo entero, hasta en los propios equipos de polo, se está dejando de hacer. La Federación Ecuestre Internacional (FEI) está prohibiendo estas prácticas, y por ejemplo en Francia, un jugador de polo, vio en Chantily, como usan los glóbulos homeopáticos.

¿Ni siquiera para competencia de alto nivel?
Menos aún. Muchos equipos olímpicos viajan desde hace tiempo con sus fisioterapeutas, porque hay pruebas ecuestres como el Completo, que duran tres días y donde el caballo tiene que hacer de todo: desde correr a campo traviesa al salto en pista, y es ahí donde se comprueba qué tipo de cuidado ha tenido el animal. Así como un deportista de alto rendimiento no puede ganar los 100 metros en una semana, el caballo no pude rendir en plenitud sin constancia en el entrenamiento, el tratamiento y sin determinación del dueño en respetar sus tiempos. Al fin de cuentas no deja de ser un organismo viviente, y responde según su estado físico y anímico. El caballo no es un camión ni una motoneta que puede dejarse tirado cuando no cumple con la expectativa. Es patético ver gente que compra caballos por estatus. No debe ser así, se trata de un compromiso con un ser viviente, no hay nada más feo que ver un caballo triste.

La Argentina es un país muy tradicional en algunos aspectos, ¿Qué sucede con la mirada académica?
Como ocurre con muchas cosas de la vida, lo nuevo genera cierto rechazo. Yo lo sufrí en carne propia: sobretodo siendo mujer,  aún en un mundo bastante machista, suele generar rechazo hoy. Imaginate hace treinta años, cuando empecé. Pero creo que estamos teniendo una mejor aceptación día a día  los que nos dedicamos a esto, y todo gracias a los resultados. La tendencia mundial es hacia el cambio, hacia el cuidado, pero sigue habiendo maltrato, y a muchos caballos de carrera todavía se los rompe: he visto caballos que tienen cinco años y no sirven más. Incluso campeones nacionales de nuestro país, con llagas enormes producto de los espuelazos de sus jinetes. Eso no puede ser. Menos en un país que tuvo grandes cuidadores de caballos de carrera en la época de Ireneo Leguisamo. Cuidadores que sabían que el animal tenía que correr cuando estaba para hacerlo. La modernidad y su exigencia sin fin no respetan algunas pautas éticas y humanas de respeto por el animal.

Bueno vs. Necesario
La inmediatez, parte del discurso dominante de la época, suele regir las normas de todo. Y eso es extensible también al mundo de los caballos: el caballo deber rendir. Y sin perder tiempo, desde luego. “Por suerte, después de hacerlos pelota y doparlos, muchos se están dando cuenta de que además de bien alimentado y bien entrenado, si el caballo es bien tratado, les rinde más”, asegura la autora del libro Relinchos y Susurros, un acercamiento integral a la vida con y del caballo.

Por lo que contás, no debe haber una uniformidad en la atención, una rutina…
No, surge de sus necesidades de cada animal. En la primera consulta lo reviso, como una forma de presentación y reconocimiento. Además de anotar los síntomas, saco mucha información por medio del contacto. Atiendo mis pacientes con regularidad, todos los meses, algunos que al tener un estado de competencia frecuente requieren sesiones al menos de una vez por mes, y otros que ya pertenecen a un circuito de alto rendimiento como el del adiestramiento por ejemplo, y necesitan una sesión de masajes antes y después de cada competencia por lo menos.

¿Cómo surge la comunicación con el caballo?
A mí me gusta mucho una frase muy conocida que dice: “Si quieres que tu caballo venga a ti, ve a hacia tu caballo”. Es simple, pero explica que uno no debe esperar sino ir en busca del afecto del animal. Eso ocurre por ejemplo con los caballos de la Dr. Graciela Bazzi (NDR: el campo de equinoterapia donde se realizó la producción de fotos: www.establoterapeutico.org), que trabajan con chicos con capacidades especiales. Estos animales jamás van a tirar un chico, porque los consideran sus potrillitos. Eso no sucede de milagro, sino que Graciela los ha ido incorporando a su mundo con amor y trabajo serio. Así como en el Adiestramiento que es donde se da una comunicación muy sutil con el animal, en estas prácticas relacionadas a la medicina, los animales entran en un contacto muy intenso con las personas.

¿Las enseñanzas que das puede aplicarlos cualquier persona que tenga un caballo?
Sí, por ejemplo: se aprenden ejercicios con pelotas para que nuestras manos aprendan a percibir como está la musculatura del caballo: cuándo hay rigidez, blandura o espasmos. Su columna es excelente para aprender a usar las manos. Después tenemos un programa que incursiona en la naturaleza del caballo, la terapia corporal, las técnicas y sus efectos. Y cada asistente puede seguir estudiando durante el año en las distintas jornadas o cursos que voy dando, según el interés en seguir aprendiendo, incluso a sanar lo que parece imposible. Los veterinarios profundizan en su profesión y los profesionales de otras ramas como herradores, peones, amazonas, futuras domadoras o domadores, profundizan según sus necesidades.

Como qué…
Hay muchas historias bellas. Siempre recuerdo la historia de Alatón, que fue un caballo que llegó a ganar El Nacional en la Argentina. En una carrera se fracturó, y cuando lo fueron a sacrificar, el dueño dijo que no, pese a que iba a cobrar el seguro por ello. La esposa de él se trataba con mis dos maestros, uno de ellos homeópata. La cuestión es que hicieron de todo por ese animal, hasta lo colgaron durante un tiempo para que no pise, hasta que sanó. Terminó siendo un padrillo rengo, pero que murió de viejo. Esta famoso caballo además era atendido  por un veterinario tradicional  A mí me gusta trabajar con esa gente, que le importe que su caballo esté contento, esté sano, y desde ahí rinda. Y no hablo sólo de particulares, porque tengo clientes cuyos caballos están en plena competencia. Por suerte hay gente que está abriendo su cabeza hacia ese lado, y hasta la doma está dejando de emplear el maltrato, la violencia con el caballo. Eso nos indica que vamos por buen camino.

**Recuadro**
Perfil
Anahí Zlotnik es Médica Veterinaria Holística (MP 4746) graduada en la Universidad de Buenos Aires, y cuenta con una amplia experiencia en el país en lugares de prestigio como el Hipódromo de Palermo y el Hipódromo de San Isidro, donde tiene algunos de sus alumnos. Asimismo, fue la primera mujer argentina que trabajó en Europa como peona y entrenadora, en 1977, donde Entrenó un caballo olímpico de la reserva de Italia, para competencias en el norte de ese mismo país.

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